La diferencia entre la innovación Social y la Innovación Social Digital

Siguiendo el hilo de una entrevista que me hizo Albert Pujol del CoEbre Lab.

¿Cuál es la diferencia entre la Innovación Social y la Innovación Social Digital?

La línea divisoria entre uno u otro tipo de innovación social es, con frecuencia, tenue. Pero uno y otro tipo de innovación tienen su razón de ser.

Innovación e innovación social

En primer lugar deberíamos diferenciar la innovación orientada a la mejora de la sociedad (innovación social) de la innovación conectada con del sistema de I+D+i, la producción, el sistema de empresa, y el comercio, es decir, la innovación destinada al mercado. La innovación orientada al mercado es la innovación a la que se refería Schumpeter en 1911 en The Theory of Economic Development, y la que ha sido adoptada por la OCDE en los Manuales de Oslo y Manual de Frascati). La innovación en el mercado está relacionada con la competitividad empresarial. Igualmente, la narrativa sobre la innovación social no es nueva, ya aparece en las obras de los reformistas de los s. XIX y XX.

Paralelamente a la innovación destinada el mercado, pues, hallamos una innovación preocupada por la cohesión social, la justicia social, el bienestar social y la calidad de vida de las personas y las comunidades. A esta innovación se le llamó innovación social. Ambas narrativas surgieron y se desarrollaron con la revolución industrial. De esta manera, una innovación se diferenciaba de la otra. Una estaba relacionada con las necesidades de la economía y del capital y, la otra, con las necesidades sociales y del trabajo.

La innovación y la sostenibilidad

Por otro lado, las sucesivas crisis del sistema liberal en su carrera por el desarrollo económico llevaron al surgimiento una tercera narrativa, la de la sostenibilidad, una narrativa que, a partir del 2015 se convierte en mundial con la impulsión de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el 2030 por parte de las Naciones Unidas. El precedente reciente de esta narrativa debería buscarse, por un lado, en el informe sobre The Limits of Grotwth (1972) y, por el otro, en el informe Brundlandt (1987) donde se conecta los limites del crecimiento económico con el tema medioambiental y señala el inicio de una serie de cumbres mundiales que finalmente han llevado al acuerdo de los ODS.

Con la introducción de la estrategia de la sostenibibilidad se intenta resolver las contradicciones entre las fuerzas económicas y las sociales que caracterizan la economía, sociología y la política del s. XIX y XX. Esta vez, introduciendo el medioambiente como algo más importante y de lo que depende tanto la economía como la sociedad.

Esta tercera estrategia fue adoptada tanto desde la innovación social, como desde la innovación para el sistema industrial y el comercio. La innovación social se identifica con la narrativa de la sostenibilidad porque identifica la protección y cuidado del medio ambiente con el de las personas, comunidades y sociedades. Por lo tanto, ve el cuidado del mundo como una extensión del cuidado de las personas y vicebersa. Por el lado económico, las empresas y los mercados descubren en la narrativa sobre la sostenibilidad una nueva generación de oportunidades industriales y comerciales. La tecnología del consumo sostenible, ecológico, del ahorro energético, de las energías limpias, del reciclaje, etc. lo que impulsa un nuevo mercado cuyo objetivo es reemplazar un sistema de objetos de alto consumo energético, contaminantes y generadores de residuos por otros de menor consumo, menor contaminación y que reducen la cantidad de residuos.

La innovación y lo digital

Pero, en este rifirrafe entre lo social y lo económico atemperado por la estrategia de la sostenibilidad, hay una cuarta pieza, lo digital. La democratización de Internet y la aparición de los ordenadores personales son el producto de una revolución que tiene a la información y a lo digital como protagonistas. La tecnología digital inició un cuarto camino que, poco a poco ha ido invadiendo tanto lo social como lo económico. El desarrollo de las tecnologías digitales inició una revolución digital cuyo desarrollo es la creación de una sociedad digital; una sociedad que, además de conservar su componente analógico, ahora, añade una capa, una interfaz, un mecanismo, una inteligencia digital que le permite interaccionar con el mundo y consigo misma. A la larga, lo digital terminará normalizándose de la misma manera que la electricidad se hizo su lugar en el mundo civilizado.

Lo digital empezó siendo  concebido como un sector, el de las TIC. Sin embargo, este sector tiene una característica particular, es un sector transversal. Las TIC y las Tecnologías Digitales Avanzadas (TDA) aplican en todos los sectores. Por lo tanto, en rigor, no debería considerarse un sector económico sino un sector de sectores, un meta-sector, porque afecta a todos los sectores y al conjunto de la sociedad. Las TIC no sólo ayudan a los demás sectores a sobrevivir en un mercado competitivo, sino que son un sector estratégico que ayuda a los otros sectores a reinventarse y a coordinarse entre ellos. Las TIC y las TDA llegan como innovaciones tecnológicas que, en su aplicación sectorial, transforman los sectores en los que se introducen.

Esta situación cambia el estado de las cosas. La innovación con fines de mejorar la cohesión social, y la innovación como estrategia competitiva, incorporan lo digital para mejorar no sólo el desempeño de lo que ya hacían, sino para introducir las nuevas oportunidades que ofrece el despliegue del las TIC y de las TDAs (IA, IoT, Blockchain, Drones, 5G, etc.) además de los productos resultantes de la investigación en High Tech (Biotecnología, nanotecnología, ciencias espaciales, etc. todas ellas mediatizadas por las tecnologías digitales). Esta nueva generación de inventos permite a la civilización humana hacer cosas nuevas a partir de instrumentos que, además de proporcionar usos, proporcionan información nueva (ie. Big Data) que permiten describir y analizar realidades nuevas. Todo esto requiere una nueva organización, una nueva especialización, y nuevas estructuras sociales y culturales adaptadas al entorno y al orden digital.

Laboratorios de innovación social y digital

Estas nuevas estructuras sociales deben ser a la vez sociales y digitales de la misma manera que la nueva cultura en la que se insertan y les da sentido, también debe ser social y digital. Y, como las tecnologías digitales son transversales, estos nuevos espacios deben organizarse para manejar la transversalidad entre sectores, entre territorios, entre comunidades y entre organizaciones. Por lo tanto, deben ser espacios que conecten los distintos agentes activos en los territorios, sectores, organizaciones y sus comunidades. Estos espacios deben estar diseñados y articulados para manejar realidades complejas, es decir, requieren una aproximación sistémica. 

Dentro de esta nueva generación de estructuras sociales surgidas en el contexto de la transición y la transformación digital están los laboratorios de innovación social y digital. En los laboratorios de innovación social y digital se hace innovación social y digital, es decir, una innovación que es social pero que, además, es una innovación social mediatizada por las tecnologías digitales. Esta innovación social y digital usa internet, aparatos electrónicos, programarios e información digital, y usa las nuevas maneras de comunicar para resolver tanto los antiguos problemas heredados del orden social industrial como, y esta es su misión principal, para plantear retos de sociedad digital al conjunto de la sociedad y para organizarse para resolverlos a través de las tecnologías digitales.  La innovación social y digital tiene sentido en la medida en que facilita y acompaña la transformación y la transición social y digital de la sociedad actual.

¿Y qué deberíamos encontrar en los labs de innovación social y digital? Acceso a tecnologías, formación, dinamización, organización de eventos, investigación, innovación y emprendimiento. Los labs locales deberían estar conectados con los ciudadanos, sus administraciones públicas, su tejido industrial y empresarial, y sus centros de formación e investigación cercanos (la llamada cuádruple hélice). Los colaboratorios deberían conectar regiones de conocimiento y, los grandes colaboratorios, regiones de conocimiento entre ellas. Esto ayudar a crear un sistema universal de innovación, el sistema que necesita la sociedad digital para normalizarse.

Resumiendo

¿Qué es la innovación social y digital? Una innovación que, además de ser social (de preocuparse de mejorar las maneras de cohesionar a la sociedad y hacer las relaciones sociales con el entorno más sostenible) se ocupa de imaginar, diseñar, validar y construir la sociedad y cultura digital teniendo en cuenta las tecnologías digitales y coordinando a los agentes de la cuádruple hélice. Los laboratorios de innovación social y digital proporcionan los recursos para hacer esta coordinación, conectar la investigación tecnológica digital con el impacto social, e impulsar proyectos de innovación.